Sierra de Cádiz

 

 

La senda conduce, sin duda, al hogar de las Náyades. Ninfas hijas de dioses y mortales encargadas de velar por el agua dulce y sus milagros. Dicen que si te encuentras con una de ellas puedes convertirte en piedra, o algo peor. Pero el paso de los siglos quizá haya olvidado su gran poder curativo, y no sólo del cuerpo, más también del espíritu.

Con estas reflexiones me adentro por este sendero de la Sierra de Cádiz. Voy cruzando el río de una margen a otra a través de diminutos puentes y bajo una maleza sorprendente. Esos enormes acebuches , el olivo silvestre, extendiendo sus brazos hacia el interior de una tierra rica en nutrientes e historia. También alcornoques, encinas, chaparros, fresnos, madroños y lentiscos entre otras especies. Todos ellos crean una atmósfera especial y mágica. Seguro que la única influencia de las temibles Náyades sea esa belleza curativa que tiene este lugar.

Senda.JPG

El río baja caudaloso tras las últimas lluvias. Aquí han sido muy abundantes y se nota en lo resbaladizo del terreno y en una vegetación renovada y brillante. La Ninfa de la pequeña cascada está contenta. Creo que es eso es lo que están cantando el ruiseñor y la abubilla. En cualquier caso sus cantos, junto con el fluir del agua, componen una sonata maravillosa.

IMG_1619.JPG

El sendero sube y baja; se acerca y se aleja del río. Sombra y más sombra. Verde sobre verde y oro filtrado por entre las enormes copas de los árboles. Es un óleo perfecto, sublime… Vivo!!!

Agua.JPG

2 comentarios en “Sierra de Cádiz

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s