El viento gélido que sopla desde el norte ha limpiado los cielos ayer noche. Paseo nocturno por caminos de yesos a la luz de la luna. Me acompañan el viento, algunos Lieder de Schubert y como no, la luz albina de este astro que se acerca a nuestra casa: la gran luna blanca, la llaman.
Música, frío y soledades con luna; como perfumes en una senda extraviada. Es hora, pienso, de levantar la pisada y seguir adelante.
Vientos del norte
agrietando mis manos
noches de invierno
Rafa.