Qué difícil es a veces entender ciertas cosas. Es como mirar a través de una ventana empañada. Se pueden adivinar las formas, los contornos… Pero no consigues comprender.
Pienso entonces que quizá no haya nada que interpretar realmente, y que tengamos que incorporar los blancos y los negros; los naranjas y los violetas. Realidades opuestas que te parten el corazón y el alma tantas veces.
Escribir algo ahora es como caminar cuesta arriba tras una larga jornada de ruta pedregosa. A veces las mochilas se cargan en exceso. La empatía entonces es mucho más que una inquietud desalmada: es también desgana; una desilusión y una pérdida de confianza en la especie humana.
Hay épocas que son para el recogimiento, la soledad y el silencio.
Algas marinas
Vestid con mil colores
Y con dulces caricias
Al pececillo