Sonidos que ocupan los valles perfilando de verde sus confines. Música que resuena en nuestro interior desde hace milenios. Nos acuna, nos guía, nos colma de vida y también de misterio ¿De dónde vienes, agua? ¿Adónde vas?
Un viaje que no tiene conclusión, pero sí mil caminos. Agua de manantial, de arroyo, de mar y de nube… Agua que sustenta los músculos en movimiento: la mano que alza la pluma y escribe; los brazos que envuelven y aman. Caldo que riega los valles y se esconde en la tierra horadando fantásticas cuevas. Es el zumo de la vida, la miel y también de la esperanza.
¿Dónde vas hoy con tu capa de seda? Vas luciendo tu belleza y susurrando melodías. Saltas, juegas, sonríes, giras… De pronto te disimulas entre la maleza o tras una roca, y resurges contenta, con tu mantel de tisú ligeramente extendido y también brillante. Y te alejas para difuminarte con el horizonte donde la mirada todo lo abarca con la imaginación.
¡Llévate mi voz, agua! Lleva mis pensamientos, mis dibujos y acuarelas, las letras que escribo; las que leo. Llévate la música que canto y escucho; también los sueños donde improviso y me recreo !Llévate mi cuerpo al azul intenso! Pigmentos de ultramar lejanos y bellos…
Encontraré otra tierra y otros valles
Cuyos montes pintar de primaveras
La luna surgirá sin sus solsticios
Y la aurora será mi compañera.
Un comentario en “La corriente”