Antes los recuerdos eran cosa de minutos.
Instantes sublimes, nuestras manos, que se iban sucediendo a borbollones.
El calor de la tierra y sus colores
Eran la vida, el amor y también el Arte.
El musgo cuidaba de las piedras,
Y la nieve, la amante de todas las laderas;
El sol se divertía con las nubes,
mientras la araña corría a esconderse entre su seda.
!Cuanto lodo han de amasar mis manos ahora!
Cuando ya ni te encuentro dentro de una hormiga.
Y mientras la niebla densa se hace dueña de mis días,
Los huesos, despojados de su carne, son del viento arrastrado y del olvido.
Interpelé al arroyo, al tronco y a las piedras.
Le consulté a la duda que nace eternamente de una noche cerrada.
Le grité al mar, abrazando cada granito de su tierra
Y le supliqué a la luna, a la muerte y a la nada.
He de encontrar tus mil fragmentos esta noche,
Al evocar los antiguos Cantos de la Tierra:
Aullidos salvajes, el cabello revuelto,
Los ojos rojos de este atardecer hambriento.
Hermoso!!
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Mil Gracias! 🙂
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🙂 Buena tarde
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Me alegra que te guste. Un gran abrazo!
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