Camino entre las nieblas de la vida
Tañendo todas las cuerdas que nacen de sus profundas raíces
Camino sin buscar la hierbabuena
Una taza de té, si acaso, y una sonrisa
¿Por qué se nubla el amor cuando le hablo?
Son las palabras ¡Sí, las palabras!
Se difuminan en la osuridad y el desaliño
De las mil heridas abisales que provoca la falta de costumbre
Solo soy un caminante que habla y escucha
Que ríe y llora los reflejos de la tierra
No soy ese lucero lastimado que ansía las amapolas de las noches
Mi corazón vuela, ríe y canta
Y nada espera
Porque ya lo tiene todo.