Hay lugares donde uno puede perderse por un rato para encontrarse con la historia y la naturaleza…
El conjunto formado por la música, el paisaje y los ecos que provienen del bosque, es capaz de sanar el alma… Sin duda alguna.
Tarde de Río Lozoya, muros de antigua piedra, naturaleza en explosión y música… 🙂
Para sanar el alma y perderse no hace falta mucho, para mí sobre todo. Me quedo con la música y deseo sentirla cerrando los ojos e imaginando todos los paisajes posibles, sin desmerecer el que mencionas, claro. Feliz tarde noche. Un abrazo.
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Sí, Paz… No hace falta mucho. Eso es cierto. Pero la calidez del Sol, el paisaje, la música lo suficientemente baja para que puedas escuchar esa infinidad de pájaros y cigüeñas que parece que han adelantado sus cantos de primavera…
Ya hacen sus nidos y estamos en febrero. Y ya he visto también algún insecto despistado…
Toda esa música a la vez, es un alimento que venía echando en falta… Y sí: realmente es muy poco.
Un abrazo y feliz noche!
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