Suena el río
En lo profundo del valle
Cuenta el sendero
La mañana se dibuja temprana entre las neblinas que descienden por todas las laderas que me rodean. Los pájaros entonan sus primeros versos y el curso del río continúa con sus cánticos líquidos, pese a la escasez de agua y de tormentas. Muy poco le falta ya al sol para aparecer, con toda su fuerza, por entre las alturas y las rocas… He llegado bien lejos, me digo, mientras comienzo a caminar despacio para no perderme algún detalle.
Siguen las flores
Vistiendo rocas desnudas
Cantan los grillos
La senda, que serpentea lenta y en suave declive, acaba por adentrarse en las calizas horadando túneles y esculpiendo su silueta. Aún se escucha el suave fluir del río Cares con sus pequeños regueros que caen desde lo alto, y que lo alimentan, formando cascadas de líquenes y plántulas de agua.
Doy vueltas sobre mi propio eje y me dejo impresionar por esta explosión de vida que tengo a mi alrededor. Los árboles crecen en los lugares más insospechados, desafiando muchas de las veces a las mismísimas fuerzas de la gravedad. Y el río, que ya va quedando muy abajo, alza su voz por entre unos rápidos que apenas consiguen alcanzar los ojos, ya que llevamos mucho tiempo ascendiendo imperceptiblemente, pero sin pausa…Y me giro y me vuelvo a girar mil y una veces hasta acabar sentado en una piedra cualquiera donde descansar y asimilar tanta belleza ¡Qué pequeño me siento algunas veces! Un soplo diminuto de vida en medio de una inmensidad que se me antoja inabarcable…
Tanta belleza
Tú vienes a mostrarme
Flor diminuta
Continúo la ruta en ascenso más marcado. Y todo ello coincide con un sol que levanta las nubes que aún se resisten, agarradas a los afilados salientes rocosos de las montañas. Pronto el calor será fiel compañero y también aliento para buscar cobijo debajo de una sombra…
Unas cabras reposan ahora en las rocas con sus estómagos llenos de hierbas y flores. Éstas se dejan acariciar por un sol que ha estado ausente en esta zona unos días. Pero será solo un instante, porque ya les adivino en la mirada la llamada del río y sus prados verdes. Ellos esperan allá abajo sabedores de que su privilegiado verdor y frescura, serán refugio y alimento, pasto y algarabía para la fauna que habita estas imponentes montañas.
Paso sobre paso, siempre adelante y como la misma vida, todo acaba por llevarnos al lugar donde todo aquello que existe es creado poco a poco: como las semillas que germinan por sí mismas con los pinceles del tiempo, o con las gubias que esculpen la impresionante arbitrariedad de formas, colores, sonidos y texturas. Y ahí nace y se crea todo, incluyendo el asombro que siento en este momento de descanso y sosiego…
Pálida estrella
Surcarás esta noche
Sobre Perseo
A veces las formas son caprichosas y acaban encerrando entre sus contornos toda la belleza del mundo. Y ahí la vida se agarra y penetra con fuerza en todas sus grietas, para llenarlas de luz y también de color ¿Cómo seguir entonces caminando cuando los sentidos se subliman y se conforman en niebla?
Roca de vientos
Donde crece la vida
Y la esperanza
He caminado por las montañas del mundo parándome a cada instante para aspirar su propia esencia. En mi caminar me he sorprendido siempre con lo inmenso y lo diminuto; con el arcoíris y la densa niebla; con el color, el sonido y el tacto. He llegado a percibir la vida en cada piedra y sus fisuras; también en las cortezas y líquenes de los árboles… He visto la belleza en la flor estrellada y blanca que lleva entre sus venas la vida y la muerte. Y esto es quizá lo más sorprendente, pues en ese círculo es donde todos giramos al mismo compás que lo hace nuestra galaxia.
La ruta del río Cares es la ruta del agua; de las montañas; de la fuerza del viento; Y también la del sol, que acabará deteniendo todo movimiento para cobijarlo, después, bajo la fresca sombra de un árbol o de un saliente de roca. Es un lugar para perderse, asombrarse y para escuchar los pasos que vamos dando y que nos devolverá el eco de esta vida con una de sus mejores sonrisas…
Solo palabras
Que se irán con el viento
De madrugada
Bello lugar para dejarnos caer de nuevo tu magnífica prosa, pero aún siendo palabras no las dejes marcharse, las cobijaremos aquí. Un precioso paseo por la Naturaleza. Un abrazo.
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Gracias, Paz! Es un lugar magnífico para caminar y escribir algunas palabras. Otro abrazo para ti.
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Precioso texto y magnífico lugar. Lo he recorrido por la ruta, por el río y lo he observado desde Torrecerredo y el Jultayu. Pero hace 15 años dije que no volvía y no he vuelto.
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Si. Es un lugar fantástico, aunque quizá un poco masificado. Imagino que es por eso que no has vuelto… Un abrazo
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